- ¿Qué te inspiró a escribir Muy sensibles?
En mi vida nada ha sido lineal sino, más bien, todo lo contrario. Ya en la edad adulta, y hablo de hace apenas tres años, después de transitar caminos pedregosos y escarpados, en uno de mis momentos de desorientación más profundo, decidí dar forma, diseñar un proyecto desde el que acompañar a personas altamente sensibles.
Así, pretendía poder aportar todas las herramientas que la psicología me había ido enseñando, pero adaptadas a las peculiaridades concretas y a nuestra forma de experimentar y habitar el mundo.
Al principio estaba bastante perdida como, imagino, se encuentran la mayoría de personas que empiezan el camino del emprendimiento. Sabía el qué, pero no sabía el cómo. Tenía clarísimo que, de alguna manera, debía unir la psicología y la alta sensibilidad con una de mis múltiples pasiones y aquello que me había acompañado desde la infancia más remota, y eso era, sin lugar a dudas, las letras.
Sinceramente, no pensé que fuera a convertirse en un libro, pero he de reconocer que influyeron varios factores que determinaron el resultado final. El primero, el factor “suerte”: por aquel entonces yo estaba empleada a media jornada por cuenta ajena, y me quedaban 24 días de vacaciones por delante. El segundo, mi capacidad de esfuerzo y trabajo: fueron 24 días, sin faltar uno. 24 días de hiperfoco absoluto, de documentación, inspiración, escritura, concentración, revisión, corrección… hasta que conseguí visualizar el esqueleto de lo que hoy es Muy Sensibles.
- ¿Cómo comenzó tu camino reconociéndote como PAS?
Hace muchos años escuché hablar de la alta sensibilidad como quien viaja en tren y atisba, a lo lejos, un lugar que reconoce como propio pero que, por alguna razón que todavía no puede ser desvelada, pasa de largo a través de la ventanilla y queda atrás.
Mi historia no es muy diferente de la de muchas de las personas a las que acompaño; seguramente se parezca a la de quien me lea. Hay un momento en el que una se pone frente al espejo y se reconoce como tal porque lo necesita, porque está agotada de tratar de encajar en un lugar que le es incómodo, porque precisa comprender el porqué de sus sensaciones y percepciones, de su intensidad, y porque siente la necesidad imperiosa de descifrar la multitud de enigmas para los que no ha encontrado respuesta.
En mi caso fue así: hundida en uno de los pozos más profundos por los que he pasado, desorientada y necesitada de salida, lo vi claro. La etiqueta de la alta sensibilidad, lejos de invalidarme o de excusarme de responsabilidad, me proporcionaba el entendimiento y la estructura sólida desde la que empezar a crecer, ahora sí, a mi forma. Una forma amable, pausada, única y genuina.
- ¿Cuál es tu objetivo con esta obra?
Mi objetivo con la escritura de Muy Sensibles fue crear “el manual de psicoeducación para personas altamente sensibles que yo hubiera necesitado hace 10 o 15 años”. Muy Sensibles es una obra a caballo entre el ensayo y la psicoeducación, con datos precisos y muchos ejercicios diversos. Todo explicado de manera amena, sencilla, práctica, a veces divertida. Y siempre muy cercana, con un lenguaje claro y comprensible, asequible a cualquier lector/a con interés en la temática. Una forma de hacer llegar la psicología científica y útil al público de cualquier edad, incluso a adolescentes. Una psicología rigurosa y que sirva, que se pueda poner en práctica.
Y algo que puede parecer controvertido, pero que considero de especial relevancia: en Muy Sensibles no se encontrará apología al pensamiento positivo, ese que hace creer que cualquier cosa es posible si se desea lo suficiente. Considero que enmarca una supuesta realidad idealizada y falsa y, en mi opinión, absolutamente carente de respeto. En la consecución de objetivos influye la motivación, el deseo, el esfuerzo, pero también el contexto y las circunstancias vitales y algunas son, tristemente, inmodificables y aleatorias. Por eso huyo por completo de esa filosofía “de color de rosa” y trato de hacer ver a las personas a las que acompaño y a quienes me leen, que la verdadera existencia conlleva la aceptación de cierto grado de sufrimiento, porque el malestar es inherente a la vida y evitarlo supone aumentar la problemática y, por tanto, la sintomatología.
- ¿A quiénes recomendarías que lean Muy sensibles?
En primer lugar, recomendaría Muy Sensibles a todas las personas que se identifiquen con el término, pero también a sus amistades y familiares. Creo que puede constituir un acto de amor propio y ajeno, el profundizar en la comprensión del rasgo y empezar a visualizar las características del otro/a a la luz de una nueva mirada: más compasiva, empática, sensible y amorosa.
En segundo lugar, la forma en que está redactado, diseñado y estructurado puede servir de guía para que aquellos profesionales sanitarios que atienden a personas con el rasgo comprendan con más profundidad en qué consiste la alta sensibilidad y puedan adaptar sus tratamientos, intervenciones y orientaciones a este segmento de la población.
Me gustaría con mi obra romper una lanza a favor de la alta sensibilidad de la mano de la ciencia para que así, tanto el público general como los profesionales que tratan a personas PAS, puedan tener una base de apoyo en la que sustentar sus intervenciones.
- ¿Qué actividades o ejercicios recomiendas para las PAS?
Muy Sensibles es un libro que ofrece alternativas psicológicas para que las personas que se sientan identificadas y/o, de alguna forma, limitadas, puedan armar una mochila psicológica personalizada que les sirva para utilizar en el camino de la vida, adaptable a lo largo del tiempo y alineada con sus propios valores personales.
De manera orientativa, considero que los aspectos más importantes que una persona PAS necesita incorporar a su vida es el aprendizaje de su propia regulación sensorial, emocional y energética. Para ello recomiendo actividades muy simples, y al mismo tiempo muy potentes: contacto con la naturaleza y con los animales, ejercicio físico moderado, alimentación saludable, mucho descanso, conexión con la creatividad, autocuidado, conexión social de calidad, meditación, visualización… por supuesto, son meros ejemplos y van a primar siempre las preferencias individuales.
En este sentido y para que puedan ser practicados desde ya, Muy Sensibles incluye cuatro códigos QR que enlazan a audios con ejercicios de visualización, grabados con mi propia voz.
- ¿Qué consejo le darías a una PAS?
Sobre todo, y de manera general, las animaría a leer sobre el proceso neurosensorial y cognitivo que nos caracteriza. En particular, pondría el foco en el trabajo de indagar sobre los elementos y estímulos de su entorno cotidiano que la conectan con sensaciones positivas, reguladoras y calmantes y, al mismo tiempo, con aquellos que producen o están conectados a sensaciones negativas, ansiógenas, de tristeza, de irritabilidad o de falta de energía. Esto le podría ayudar a conocerse mejor y a adaptar su ambiente.
Uno de los aspectos más importantes para las personas altamente sensibles, y que la Dra. Elaine Aron denomina “nuestro talón de Aquiles”, es la tendencia a la sobreestimulación. ¿Cuáles son los factores, espacios, personas, lugares, conversaciones, situaciones, olores, sonidos, etc., que te hacen sentir sin energía, cansada/o, triste, enfadado/a….?
Poder conocer cómo reacciona nuestro sistema sensorial, emocional y cognitivo, y entender el porqué, es un paso fundamental para la consecución de esa regulación que tantos beneficios nos aporta.
Por último, si esto no fuera suficiente y la persona sintiese que las circunstancias lo abruman o la ahogan, recomendaría la búsqueda de ayuda a través de un profesional capacitado y con experiencia en el abordaje de este rasgo